
Para intentar convenceros he decidido
hablar del vasto universo Buffy y sus significados, tratando de no desvelar
cosas específicas de la trama para evitar posibles spoilers, pero refiriéndome
necesariamente a los contenidos y temáticas de manera más general. Lo voy a
estructurar en varias partes para no dejarme nada. De otra forma sería
imposible, así que estáis avisados.
Parte 1: Personajes y evolución
Cuando alguien defiende, por
ejemplo, que The Walking Dead es una serie de personajes, cuando quitando a uno
o dos de ellos ninguno ha sufrido ninguna evolución profunda; me tengo que
echar a reír (y sí, veo The Walking Dead y la disfruto mucho). Debería ser lo
primero a trabajar y a estructurar en una serie: los personajes. Si esto se os
antoja fundamental como a mí, Buffy Cazavampiros es una Biblia televisiva en lo
que a evolución de personajes se refiere.
En nuestro imaginario colectivo
partimos de una base: el ver a una chica rubia y mona correr por un callejón
oscuro escapando de alguien, nos dispara la alerta de peligro. En este caso
también... pero de peligro para quién la persigue. El propio Joss Whedon
(creador de la serie) explicó este punto de vista de forma casi literal.
Fijándose en la gran cantidad de chicas jóvenes y asustadizas que terminaban
siempre a merced de los colmillos de un vampiro en las historias clásicas,
pensó, ¿por qué no darle la vuelta a la tortilla y mostrar a esa chica como la
heroína que da mamporros y lucha contra cualquier gilipollas que quiera
chulearla? Y así nació Buffy, un personaje complejo y poderoso, que empieza su
andadura en el instituto.
A lo largo de la historia, la
evolución de Buffy es increíblemente notable. Cuando terminamos la serie, poco
queda de la Buffy adolescente llena de dudas de la primera temporada. En el
camino ha tenido que enfrentarse a monstruos de toda índole, apocalipsis,
muertes...; pero también a la soledad, el crecimiento personal y los problemas de
una vida que no ha elegido. Para ello ha contado con ayuda, sí, pero en esencia
siempre se ha sentido sola.
De entre sus compañeros de
aventura cabe destacar a Willow y a Xander, los fieles amigos de “La Cazadora”
y rocas emocionales para Buffy durante el transcurso de la serie. Sin
olvidarnos de Giles, su “Vigilante”, como figura paterna imprescindible para
una Buffy que creció en una familia de padres divorciados y nunca se ha dejado
de culpar por ello. Así, Willow experimenta una de las maduraciones más
interesantes pasando de ser una chica empollona e insegura en sus relaciones a
poderosísima superbruja, en un arco brutal que implica redescubrimiento sexual,
pérdida y conquista de su propia independencia. Xander, por su parte, a pesar
de utilizarse frecuentemente como alivio cómico, es un agradable contrapunto al
ser el único “normal” que se mantiene en la Scooby Gang (auto-apodo de la
pandilla) desde el principio; lejos de superpoderes, brujería, hombres lobo, ex-demonios,
vampiros... y un Giles que, a pesar de ser humano, ejerce el papel de sabio por
sus conocimientos en artes oscuras y demonología. Por ello, uno de los
conflictos constantes en Xander es su miedo al fracaso, el sentirse un inútil
en comparación, que poco a poco se va disipando a medida que el personaje gana
en autoestima.
Sin embargo, en Buffy
Cazavampiros incluso los aparentemente malos tienen evoluciones brillantes.
Spike, ese vampiro de pelo rubio oxigenado, larga gabardina y uñas pintadas de
negro, se descubre como uno de los mejores personajes de toda la serie, sino el
mejor. Sus principios vampíricos (es decir, su ausencia de ellos) lo presentan
como un personaje egoísta, aprovechado, que sólo quiere salvarse el culo y
matar gente por diversión; pero, a la larga, su ambigüedad moral entre el bien
y el mal, ayudando a unos y otros, trabando amistades y hasta una compleja
relación de amor-odio, lo catapultan como un anti-héroe de cajón. Oscuro, divertido
y carismático. Spike mola. Y mucho.
Si queréis convenceros aquí dejo este momento para la posteridad de
Spike cantando la versión más punk de “My Way” (no lo he encontrado en mejor calidad):
Habrá otros como Angel, el
vampiro con alma rehabilitado; Faith, una cazadora que se contrapone a Buffy
(como el ying y el yang) con una escala de valores que desafía la supuesta
ética en la lucha contra el mal; o la ex-demonio Anya, uno de los mejores
personajes secundarios que he visto por su habilidad como roba-escenas, lo que
la lleva a soltar muchas perlas (tan cómicas como existenciales) en sus
intentos por comprender el concepto de humanidad e integrarse:
“¡Pero no lo entiendo! No entiendo cómo puede ocurrir esto. ¿Cómo vamos a soportarlo? No sé, yo la conocía, y ahora no es más que un cuerpo. Y nadie comprende por qué no puede volver a ser como era. Está muerta. Es absurdo, mortal y absurdo”. (Anya)
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