Ahora que ya dejé la presentación y análisis de personajes y universo en la Parte 1 y Parte 2, voy a desgranar un poquito los géneros y las interesantes aportaciones a nivel narrativo que incluye la serie. Porque no se puede ir por la vida así, sin saber que Buffy Cazavampiros tiene algunos de los mejores episodios de la televisión contemporánea. Es herejía.
Parte 3: Rompiendo géneros y moldes
Veamos cómo explicar de qué va
Buffy Cazavampiros. “Va de una chica que mata vampiros y es así muy fuerte, y
tiene unos amigos que la ayudan...” Bueno, hasta aquí lógico, pero ¿cómo hacer
que los demás se enganchen con semejante premisa? Una de las principales armas
de esta serie es la fusión de géneros y la gran cantidad de argumentos
originales que se plantean a nivel narrativo.
—¿Cómo te llamas?—Buffy.
—No, en serio.
La comedia en Buffy es un recurso continuo, los diálogos entre personajes
son rápidos, ingeniosos e inteligentes, respondiendo a la personalidad de cada
uno. Willow es entrañable y, en ocasiones, se escandaliza con sus propias
bromas. Spike lanza pullas continuas a toda cuanta criatura encuentra (viva o
muerta). Anya es puro sarcasmo porque dice verdades incómodas, pero nunca se da
cuenta de que pueden resultar incómodas. Y Buffy se aburre si mientras está
pegándole puñetazos a un rival cualquiera, no puede intercambiar unas palabras
con él en mitad de dicha pelea:
“No te ofendas por la pregunta que voy a hacerte. ¿Olías así de mal cuando estabas vivo? Porque si es algo que conlleva estar muerto, entonces, amigo, me callo; pero que sepas que el negocio del aseo personal comenzó mucho antes de que te convirtieras en vampiro.” (Buffy)
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En realidad el humor es un medio para liberar la carga dramática que
conlleva el destino de La Cazadora, el fin del mundo que se repite
continuamente, la amenaza constante que los lleva a caer y a levantarse una y
otra vez. Esto queda claro con frases como “¿Cuántos apocalipsis
llevamos con este ya?”, pronunciada en el capítulo 100 de la serie por una Buffy
Summers que no pierde oportunidad de dejar claro que es más fuerte que todas
las dificultades que se le presenten. Y también mucho más divertida.
Joss Whedon añade a todo esto su cariño por los clásicos de terror,
haciendo guiños a mitos como Drácula o Frankenstein entre otros; pero, al mismo
tiempo, basándose en un gran número de influencias para crear a villanos tan
únicos y terroríficos como “Los Caballeros” (The Gentlemen en su versión original),
en una historia que a día de hoy me sigue impresionando y provocando una
angustia horrible. Eso sí, no todos los monstruos envejecen igual de bien. Hay
que tener en cuenta que la serie comenzó su periplo a finales de los años 90 y
sin ninguna confianza por parte de la cadena, que la situó como sustituta de
una de sus apuestas, por lo que el presupuesto inicial era paupérrimo y las
expectativas bajas. Eso hace que el visionado de la primera temporada pueda ser
duro, aunque creo que ese halo tan cutre y de serie B le da un encanto muy
pulp. Animo a la gente a darle una oportunidad más allá de este “problema”, ya
que la serie madura increíblemente con el paso de las temporadas gracias al
éxito de audiencia. El presupuesto aumenta y los efectos especiales mejoran. Además
aquí los vampiros son malvados de verdad, ya que al no tener alma carecen de
brújula moral, y no brillan cuando les da el sol ni chorradas semejantes. También
el camino de los personajes pasa a ser mucho más adulto con el paso de los años
y ver ese aprendizaje se convierte en algo tremendamente satisfactorio.
El no ser un gran amante del género vampírico o juvenil (si es que aún
sigues pensando en Buffy Cazavampiros como una serie de instituto) no debería
ser una excusa para no ver esta serie. Sobre todo porque en ella podemos
encontrar algunos de los mejores ejercicios narrativos de la televisión
contemporánea, episodios pioneros que marcaron pautas posteriormente imitadas a
nivel argumental y de estructura. Citaré el gran capítulo musical “Once More
With Feeling” (6x07) como ejemplo necesario y referencia para todo (y digo
todo) capítulo musical que se haya realizado desde su estreno en cualquier
serie, sea de la temática que sea. No sólo es para muchos el mejor capítulo de
Buffy Cazavampiros, sino que está considerado como el mejor capítulo musical de
la historia de la televisión. En él se sirven de las canciones (todas interpretadas
por los actores tras previa preparación y ensayos) para reflejar los
sentimientos más profundos de los personajes y los cambios vitales que estaban
atravesando en ese momento.
Pero ha habido muchas más tentativas experimentales por parte de Joss
Whedon, sobre todo aprovechando el tirón de la serie y la libertad creativa que
le dejaban. “Hush” (4x10) es un capítulo grabado casi en su totalidad sin
diálogos y donde hacen aparición los ya citados Caballeros, “Normal Again”
(6x17) plantea la idea independiente de que Buffy esté ingresada en un psiquiátrico y todo
sea producto de su imaginación, y “Restless” (4x22) juega enteramente con símbolos oníricos para
representar los miedos de cada uno de los protagonistas. Pero hay muchas más:
realidades alternativas, doppelgängers, viajes metafísicos... Porque siempre
existe un demonio o un hechizo como causa que hace que cualquier posibilidad
tenga todo el sentido del mundo.
Podemos seguir sumando elementos al cóctel. La acción es constante, no
hay capítulo en el que no veamos una buena pelea para congratularnos con lo
épica que puede llegar a ser Buffy cuando se enfrenta a sus enemigos. Hay que
destacar que Sarah Michelle Gellar (la actriz protagonista) estaba tan
implicada con el personaje que se empeñaba en hacer el mayor número de escenas
de lucha posibles, pero la dificultad era bastante elevada, así que la gran
mayoría están realizadas por especialistas. Y sí, una pelea puede ser muy
entretenida, si está bien coreografiada y trufada con comentarios sarcásticos e
ingeniosos, como es el caso.
Ya en la intro meten bastante caña. Si esta música compuesta por Nerf
Herder no os motiva a ver el capítulo que la sigue, no sé qué más hacer con vosotros (van todas las openings seguidas en este vídeo, pero las imágenes de la primera temporada no molan una mierda, elegid otra, haced el favor):
¿Si hay romance? Sí, por supuesto. Lo hay en toda serie. Pero hay que
destacar que jamás, en ningún momento, los personajes están definidos por sus
relaciones amorosas. En realidad, las parejas vienen y van y las personas
continúan. Cada relación responde a momentos diferentes e influye
trascendentalmente en los personajes, que después sólo deben seguir adelante. Buffy
es una protagonista decidida e independiente, una mujer que destaca por su
fortaleza mental y física y antepone cualquiera de estas virtudes a sus
intereses amorosos. Y hay rupturas y hay desamores. ¿Pero es que alguien
esperaba que en una serie con un trasfondo tan trágico las parejas durasen para
siempre?
Buffy Cazavampiros mezcla tantos géneros como quiere y huye de tantos
convencionalismos como puede. Sus logros van desde incluir a la primera pareja
lésbica estable en horario familiar hasta romper el molde del héroe masculino
tradicional invirtiendo roles. Y no hay muchas heroínas que sean tan humanas y
reales como Buffy, eso seguro.
En la última y cuarta parte resumo varios de los temas más relevantes y concluyo esta guía tan bonita con la que espero convenceros.
En la última y cuarta parte resumo varios de los temas más relevantes y concluyo esta guía tan bonita con la que espero convenceros.
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