Cantidad de series maltratadas e
infravaloradas en el momento de su emisión podrían caber tras este pequeño alegato.
Pero tras tragarme su primera y única temporada en escasos días para cumplir el
reto seriéfilo de Reino de Series, hoy me va a tocar hablar de Firefly. Porque
sí, es una super-serie (como cabría esperar de Joss Whedon) y sí, se entiende
perfectamente el aura de adoración y culto que hay hoy en día a su alrededor.
Y, como acabo de anticipar, sí, fue cancelada tras una sola temporada. Qué
faena.
Firefly es, teóricamente, una
mezcla que pocos hubiesen anticipado como exitosa. Combina el western con la
ciencia ficción, los viajes interplanetarios en naves espaciales con las
ráfagas de balas en parajes semidesérticos. Y pone el foco en la tripulación de
la Serenity, una nave tipo Firefly (de ahí el nombre) que traslada a sus
protagonistas de “trabajo” en “trabajo”, básicamente robos por encargo y
contrabando. De alguna forma hay que ganarse la vida.
La Alianza contra los contrabandistas
Situémonos. Estamos en el año
2517, en un sistema estelar diferente al de la Tierra a donde la humanidad
parece haberse mudado, según se deduce de algunas frases de los protagonistas.
El gobierno que controla este sistema es la Alianza, que no sabemos cómo, pero
parece ser el resultado de la unión entre la sociedad occidental y la oriental.
De hecho, escuchamos a los personajes utilizar tanto inglés como chino para
expresarse y, cuando aterrizan en alguno de los múltiples planetas, se observa
cómo la sociedad y la población están embebidas en esta multiculturalidad. Pero
hay una clara diferencia entre los planetas centrales y los otros. A medida que
nos desplazamos hacia la periferia, vemos cómo la influencia de la Alianza es
mucho menor, los recursos más escasos y parece que en la mayoría de los casos
los han dejado bastante abandonados, por lo que se las tienen que arreglar como
pueden. Es aquí dónde encontramos una estética típicamente western: paisajes
desérticos, personajes más brutos y chapados a la antigua, costumbres rancias, caballos
y ganado, mugre...

Un problema añadido es la
incorporación de Simon y River a la tripulación. No entraré en detalles, pero
su presencia en la nave trae mucha cola cuando se descubre que son fugitivos y,
en gran parte, son el factor de cambio que empuja el desarrollo de la trama. Sumémosle
a esto los Reavers, un grupo de “humanos” (según Jayne olvidaron cómo serlo)
que matan, violan, mutilan y se comen a sus víctimas; y a quienes todos temen.
TODOS. Hay determinadas zonas del espacio que están infestadas de Reavers y su
simple mención suele generar pánico; así que es normal que los miembros de la
Serenity traten de evitar a toda costa estas zonas, a pesar de lo mucho que esto
limita sus movimientos. Los Reavers son prácticamente un misterio, a no ser que
veas la película post-serie (cosa que deberías hacer al final si quieres atar
cabos).
El existencialismo de Whedon
Joss Whedon explicó que, incluso
en un futuro como este, en donde la humanidad habría alcanzado semejante nivel
de desarrollo como para expandirse hacia nuevos sistemas planetarios, todavía
existirían las injusticias, la ignorancia retrógrada, la profunda desigualdad
entre pobres y ricos... porque eso siempre formará parte de la humanidad.
Whedon es un tío muy existencialista (hay incluso un libro sobre ello) y en su universo
suele mostrar cierta reflexión moral entre lo que está “bien” y “mal”, entre
esas decisiones vitales que nos convierten en un tipo de persona u otro. Esto
se hace muy patente en nuestro grupo de protagonistas, que, en última instancia,
siempre muestran empatía y humanidad en sus actos. En comparación con los
representantes de la Alianza, dejan claro que la justicia y el código ético no
tienen por qué estar ligados ni a la autoridad ni a la legalidad. Más bien al
contrario.
Además, Firefly reniega de esas
naves perfectas, limpias y brillantes que se nos presentan en otras obras de
ciencia ficción; de la tecnología infalible y cuasi-mágica. La Serenity es
vieja, se estropea a menudo, está llena de remiendos, sucia... Las armas y máquinas
habitualmente fallan, chirrían o no funcionan. Todo tiene una capa más realista
y cotidiana, por decirlo de alguna manera. Quizás también influya el hecho de que
la Serenity no es sino el hogar de todos ellos y vemos sus cuartos plagados de
fotos, cómo se entretienen en sus ratos libres, cómo comen juntos en una mesa, los escondites en los que guardan el contrabando... Si
Whedon quería que sintiésemos ese grado de cercanía y familiaridad, desde luego
lo consigue.
Hay una gran cantidad de temas
que se tocan, bien de lleno o de forma tangencial (la cancelación de la serie
impidió que se desarrollasen mucho más). Por ejemplo, existe un obvio componente
político ya que, en oposición al control gubernamental de la Alianza, la
tripulación de la Serenity va por libre, no titubea a la hora de cometer
“crímenes” si considera que es lo necesario para seguir adelante y busca, ante
todo, su supervivencia. Estamos hablando de temas como el anti-autoritarismo,
la lealtad dentro del grupo, la libertad individual... Simplemente fijémonos en
la letra de la canción que abre cada capítulo: “I don’t care, I’m still free, you can’t take de sky from me…”
De hecho, se conoce que Firefly
tiene muchos seguidores adheridos al libertarismo. No me refiero a ideas
cercanas al anarquismo, sino más bien a lo que aquí conocemos como ideología
liberal. Existe una connotación diferente entre el libertarismo en Estados
Unidos y el libertarismo en Europa que no voy a empezar a desgranar aquí,
porque hay muchos matices debido a la tradición tremendamente capitalista de
Estados Unidos y a las posiciones sociales ultra-conservadoras de muchos
liberales europeos. Tan sólo diré que Firefly posee un gran trasfondo político
al respecto.
A mayores, personajes como Inara
(una acompañante) o Book (un cura) permiten analizar aspectos como la
prostitución o la religión. No está mal para una serie de una sola temporada,
aunque es cierto que especialmente el tema de la religión queda bastante
incompleto. De todas formas, la interacción entre estos y otros personajes
plantea cuestiones interesantes que conviene analizar un poquitín por separado.
Una familia atípica
Los miembros de la Serenity son
una familia, a pesar de no compartir lazos de sangre o no haber crecido juntos.
Son una familia creada a través de otros vínculos: viven juntos, luchan juntos,
huyen juntos de la justicia... Básicamente son unos inadaptados que se han ido
encontrando en el camino, sumándose poco a poco a la tripulación.
Malcolm (Mal para los amigos) es
el capitán, el dueño de la nave. Por momentos es un gruñón y tiene muy poco
tacto, pero en el fondo se preocupa profundamente por su tripulación y posee su
propio código de honor. Por peliaguda que sea la situación, nunca deja a nadie
atrás. O se salvan todos o mueren en el intento. Y ni pienses en traicionar a
los restantes miembros del grupo o te las verás con él. Y si no, que se lo
digan a Jayne, un mercenario que empezó a trabajar para Mal por dinero, pero
que a lo largo de la serie va mostrando mucho más de lo que aparenta. En el
extremo contrario tenemos a Zoe, que le es fiel hasta la médula y siempre le
guarda las espaldas. Su amistad, cimentada en un pasado común durante la
guerra, es eso: Amistad en mayúsculas. Y demuestra que sí, obviamente un hombre
y una mujer heterosexuales pueden ser amigos sin caer en el interés romántico o
sexual (de hecho, hay alguna broma muy simpática al respecto). Ya basta de que
siempre tenga que existir tensión.
En cuanto a los demás, tenemos a
Wash, el piloto de la Serenity y marido de Zoe; a Book, un cura del cual jamás
conocemos su pasado, pero que no tiene demasiados reparos en coger un arma y
disparar con una más que misteriosa buena puntería; a Kaylee, la mecánica de la
Serenity y adorabilidad hecha persona; y a Inara, la acompañante que por
negocios se traslada de planeta en planeta junto a ellos. Hagamos un inciso en
este término: acompañante. En esta sociedad futura, las acompañantes son personas
altamente respetadas y con todo tipo de derechos laborales, estableciéndose una
más que evidente reflexión alrededor de la prostitución legalizada. Porque sí,
Inara se acuesta con personas que requieren sus servicios, pero que siempre elige
por sí misma. Goza de aceptación social, chequeos médicos rutinarios, libertad
de elección y, en cualquier posible caso de amenaza, tiene la última palabra
para incluir al cliente en la lista negra de acompañantes y bloquearlo de por
vida. Personalmente, creo que es uno de los personajes más interesantes por el
mensaje que envía. Y, al mismo tiempo, podemos compararlo con la dura vida que
llevan las prostitutas que trabajan fuera de este sistema en los planetas
periféricos.
“Bye now. Have good sex!” (Kaylee)
Esta frase es el más vivo ejemplo
del grado de normalización que existe alrededor de las acompañantes. Aunque influye
que Kaylee aprecia a Inara de forma genuina, igual que a los restantes integrantes
de la Serenity. Es quizás el único personaje que se ve que quiere a todos ellos
de verdad, sin claroscuros. Whedon definió a este personaje como “el corazón de
la nave”. No hay mucho más que decir.
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Ya sólo nos quedan Simon y River.
Simon es el hermano de River y es médico, algo que les viene muy bien. Su historia es complicada, ya que River fue una niña prodigio a quien
realizaron complejos experimentos cerebrales. Su super-inteligencia nos da muy
buenos momentos, como aquel en el que debate con el pastor Book sobre las
incoherencias de la Biblia:
Book: What are we up to, sweetheart?
River: Fixing your Bible.Book: What?River: Bible’s broken. Contradictions, false logistics... doesn’t make sense.
Estos personajes viven juntos
unas cuantas aventuras, una historia de descubrimiento que sólo finalizará una
vez hayas visto la película Serenity. Lo más importante es el viaje que los
lleva hasta ese punto y las relaciones que van desarrollándose entre ellos. Si
hay algo absolutamente innegable en Firefly es que la caracterización de todos
y cada uno de los personajes es un acierto. Por ello, el potencial de la serie
era inmenso, ya que podríamos haber conocido mucho más a cada persona en esa
pequeña familia creada a base de convivencia, lealtad y alguna que otra bala.
Pero la FOX ya la había cancelado casi antes de estrenarla e incluso emitió los
capítulos desordenados mostrando una falta de respeto y confianza acojonante.
Nunca los perdonaremos por ello.
Fuck you, FOX.
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